Una vez que finalice mi tiempo de trabajo, era libre, sin horarios ni nada que pudiera interrumpir el disfrute de la vida, aparece el CÁNCER, un pequeño engendro, agazapado en mi cuerpo, desde quien sabe cuando.
Mi hijo me dijo " el cáncer es como una loteria, y esta vez te toco a ti." ojalá hubiera sido la lotería de dinero, lo tomé con calma, soy de las personas, que las cosas llegan a mi despues de mucho rato, al comienzo es como si no entendiera, con el paso de los días, voy asimilando, y recién me doy cuenta el significado de padecer CÁNCER, creciendo dia y noche, sin tregua.
Para mi el Cáncer significaba mucho dolor, eso era lo que yo sabía de esta enfermedad, y eso me llenaba de pánico, me puse a investigar acerca de esta dolencia, para tener mejor conocimiento de esta dolencia.
Fuí al quirófano, y me practicaron una cuadrantectomía, o sea una extirpación del tumor, las quimioterapias, fueron una experiencia casi aterradora, lo mas espeluznante fue, cuando empezó a caer el cabello, nunca me gustó mi pelo, porque era grueso, zambo, reseco.
Cuando vi toda esa maraña de abundante cabellera, cayendo sin control en todas partes donde yo reclinaba mi cabeza, encontraba pelos.
Después de la primera quimioterapia, decidí, raparme la cabeza, solicité a mi hija me lleve al gabinete, quedé calva, sentía vergüenza, al ver mi cara reflejada en el espejo, se veía horrible.
Compré una peluca, la cual tenía parecido a mi tipo de pelo, al colocármela advertía la falsedad del pelo, y me sentía impotente, no podía luchar contra los perjuicios de la gente, aunque ahora sé que la prejuiciosa era yo misma.
Gruesas lágrimas rodaban por mis mejillas, veía el mundo derrumbarse a mi alrededor, la impotencia hacía presa de mi, cuando me observaba en el espejo, me divisaba perdida entre las sombras de un mundo fantasmagórico, el cual me arrastraba hacia los umbrales de un lugar tenebroso, y pensaba estaba atrapada entre esas tinieblas, sin escapatoria alguna.
Mas de un año recibi las quimioterapias, fueron sensaciones muy intensas, ojala pueda olvidarlas algun dia, luego vinieron las RADIOTERAPIAS, eso fue mas benigno, aunque despues de unas 10 Radios, me sentía quemada en el seno izquierdo.
Era fin de año, y me encontraba muy adolorida, decidí trasladarme a la Sierra, porque el calor me hacia doler mucho la mama, mi hija me acompañó, viajamos a Riobamba, luego a Guano, donde hay unas piscinas llamadas polar, me sumergí en aquellas gélidas aguas, las cuales me dieron un alivio incomparable, antes de eso estuve en las aguas de Yanayacu, un río maravilloso, el cual fluye por las cercanías del Cantón La Troncal, esas aguas frías mitigaban mi dolor.
Cometí un error imperdonable, pasadas tres radiaciones, me fui a la Provincia de los Ríos, el sol, era un débil resplandor, me bañé muy contenta.
Fui al Sauna, craso error, el cual me costo salir con la piel irritada, como si hubiese estado en una playa, cuando llegue el lunes a recibir la radioterapia, las enfermeras, y el doctor se asustaron, al verme todo el cuerpo enrojecido, como haber estado en una playa, recibiendo ardiente sol, tímidamente les narré lo sucedido, me dijeron: No debistes hacer eso, tenías que andar cubierta, aun cuando el sol no estuviera esplendoroso, me llamaron fuertemente la atención.
Las enfermedades entran por la boca, indiscutiblemente, el ejercicio es la mejor medicina natural, la risoterapia es algo excelente para convalecer y hacer sentir mejor a los enfermos, el apoyo incondicional de mis hijos y de mis amistades, me ayudaron a levantarme de esa tristeza que tenia, ahora veo las cosas, la vida y las personas desde otro punto de vista. me siento mejor.
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