JUBILADOS y DECEPCION

Estos días he pasado haciendo diligencias relacionadas con mi status de jubilada, y he visto a muchos de mis excompañeros de trabajo, algunos están irreconocibles, el paso del tiempo les ha pasado factura, otros están casi iguales, pero la mayoría de ellos otrora muy jóvenes, muy apurados, muy orondos, con su cabeza erguida y elegancia al caminar, ahora muy viejos, mas lentos y ahora amables.

                De todo este trajinar de estos días me doy cuenta de cosas aparentemente triviales para gente joven, de suma importancia para nosotros los mas veteranos: Nos tomaron fotos carnet a cada uno, pero por apuro o por falta de coordinación o talvez porque no había una Secretaria para este trabajo, no pusieron los nombres solo con la foto, teníamos que buscar un documento importante.

                Y oh sorpresa, digo sorpresa porque algunas personas de la misma o mas edad, no se les reconocía bien en las fotos, hasta de si era hombre o mujer, estaba en duda, estas inconsistencias me dieron lugar a pensar que no aprendemos de las experiencias ni siquiera ahora que ya somos viejos, seguimos cometiendo pequeños errores que a la larga son grandes. 

DECEPCION:
Siempre he pensado que debemos obligatoriamente hacer el bien a quien sea, y hacerle un favor a alguien que se ha portado mal en algun momento contigo es como dice el dicho "DARLE CON GUANTE BLANCO" yo he sentido eso tantas y cuantas veces a lo largo de mi vida, y es increíblemente satisfactorio, ver sus caras de asombro.

Ahora que estamos haciendo una gestion económica, me dió mucho gusto avisarles a mis ex-compañeras de trabajo, esta noticia, que aunque todavia no se hace realidad, pero sin embargo, nos ha servido para reunirnos y recordar vivencias muchas buenas que vivimos a lo largo de nuestra etapa de trabajo.

Pero hay algo que me lleno primero de asombro, luego decepción y por último de algo que no se ni que nombre ponerle. Casi todos el 99,9% ya sabían de esta gestión, ya se habían tomado la foto, ya habían presentado sus papeles, ya solo esperaban el último paso para la entrega de el documento, y yo sin saberlo, avisándoles lo que ellos ya sabían y ni siquiera ninguno absolutamente ninguno tuvo la amabilidad de avisarme.