martes, 2 de marzo de 2021

AUTO-CARTA

 

es el nombre adecuado para  este relato, de pronto se me ocurrió,  últimamente, he dejado de lado escribir, la razón ni yo misma la sé,  a veces se me va la inspiración. En este enero 2021 arribó desde el vecino país Perú, una de mis hijas, la cual  esperábamos con mucha alegría, tanto sus hijos,  yo y sus hermanas.

                                                        



Antes de venir,  nueras,  hijos,  hermanas y yo, le sugeríamos  se vaya poniendo metas, para cuando ya estuviera acá, se le hiciera  mas fácil, su cambio de domicilio, todo esto era aceptado con un si, pero al parecer yo era la  mas alegre por su venida, lo tomé como algo  definitivo, por lo cual, una y otra vez, me recrimino, no termino de conocer a la gente, o talvez sería, ESPERO DEMASIADO DE LA GENTE, y la desilusión, ha hecho que me sienta muy triste respecto a ella.

                                                        



No observo ninguna meta, ni a mediano, ni a largo plazo, no veo ningún cambio  para su beneficio, en fin no percibo nada de querer algo mejor para ella y su pequeño vástago. 

En un momento dado ella me dijo, yo he venido a Ecuador, es a P E N S A R, no he venido a TRABAJAR, por tal razón  no aceptó ningún trabajo. 


                                        



Finalmente, llamé a su conviviente, para preguntarle la decisión tomada  respecto a esa situación, y el  respondió,  se estaban dando otra oportunidad, por lo cual solo me queda desearles lo mejor para ambos. 


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