martes, 7 de junio de 2016

FRAGMENTOS DE VIDA BBC


He podido trasladar al papel, los innumerables fragmentos de mi existencia, y rememorar los instantes buenos, difíciles y de toda índole  acaecidos en mi vida. 




Se me hacía complicado, pero igual, escribía dia a dia, a veces cosas  irrelevantes según mi propio criterio, otras en cambio sutiles y hasta con secretos arcanos que al recordarlos me ruborizo por no poderlos describir en su amplitud.

LECHE
- 1955.- Era muy pequeña, pero me acuerdo, cuando en  las mañanas mi mamá me mandaba a una vaquería, era una finca, situada muy cerca de donde vivíamos,  iba con un jarrito de un cuarto y el dueño lo llenaba de leche,  era lo mas rico que yo podía probar en ese tiempo, lo compartíamos con todos mis hermanos (5), para darnos un poco a todos,  mi madre lo aumentaba con agua, la familia Decker, eran los dueños de las vacas, siempre los llevo en mi memoria. La escasez de la leche, me ha servido, para  amar ese delicioso líquido blanco.




CANUTO Y TINTERO
- 1959. Estaba en la escuela de  monjitas (las marianitas), recuerdo encontrarme entregando un deber de escritura realizada con el canuto y tintero, al presentar mi tarea a la Profesora Srta. Mariana Piedra,  arroje  el trabajo sobre el escritorio, y este aterrizó encima del tintero, por tal motivo se derramó   la tinta, manchando todo, causando un desastre, en ese tiempo  algo catastrófico, ademas habia tareas de otros niños, las cuales también se echaron a perder, siendo yo la culpable.


La Maestra me miró con sus ojos llenos de rabia, e inmediatamente llamaron a mi hermano Ernest Hemingway, para que observe el desastre causado por mí, Ernest preguntó Que ha pasado aquí?, la Profesora respondió, mire el desastre causado por su hermana es una malcriada...




Mis  grandes ojos, parecían platos del estupor. No articulaba palabra,  el miedo  me había dejado paralizada. Pero juro, nunca  quise hacerlo intencionalmente, solo sucedió de pronto, y no podía hacer nada, para repararlo. Oh aquellos tiempos.
Marianita era una gran maestra, tenía buena amistad con mis padres,ellos la estimaban. 



- 1960. Cierto día, observé a mi Hermano Ernest Hemingway,   ir a botar la basura, lo cual despertó mi  curiosidad, porque a el siempre le decían, con buenas o malas manera realizara este trabajo, y  en ese momento nadie se lo había ordenado, lo seguí sigilosamente para ver porque lo  estaba haciendo, 




En cuanto  dejó la funda de basura en el tiradero, sin perder tiempo,  abrí la funda,  para revisar el contenido, encontrando  un plato de loza roto, el cual era muy apreciado por mi mamá, y ni corta ni perezosa, fui con el chisme, y  lo reprendieron  hasta el cansancio. Esta acción innoble, me da tristeza recordarla 


Lauritas
1963. Por su profesión de Radiotelegrafista, mi padre siempre era trasladado de un sitio a otro,  llegamos a un Cantón  grande,  y nuevamente a la escuela, ahora eran las monjitas (lauritas), mi padre era un no creyente, sin embargo mi madre era católica al extremo, nunca entendí porque nos matriculaban en esas escuelas católicas, supongo   porque según los dichos, enseñaban   mejor que las fiscales, aprendí un sinnúmero de habilidades manuales, las mismas me han servido a lo largo de mi vida, y hasta la actualidad, las sigo perfeccionando. 




Les tenía  gran respeto, el cual rallaba en el terror, y ahora  se que de angelitos no tenían ni el pelo, me causan pena ajena, por cuanto aparentemente, eran  estrictas en su comportamiento, y en su enseñanza, pero tenían obscuros enigmas  celosamente guardados,  dentro de los túneles, pasillos y lugares recónditos de los convento, todo esto eran secretos a voces, los cuales  nadie podía denunciar, so pena de ser enjuiciado por calumnia temeraria,  solo de pensarlos ya era pecado. mortal.

Pero con las monjitas, aprendí muchas cosas, tales como la costura, ensartar una aguja, bordar, punto cruz, punto atrás, buenos modales en la mesa, nada de sorber la sopa, tampoco hablar con la boca llena,  mi padre en casa también nos enseñaba y el era muy estricto con los normas de urbanidad. 






Me enseñaron  tejido crochet, el cual lo fui especializando por cuanto mi madre era experta en esas manualidades. Recuerdo confeccionaba almohadones, colchas para bebé, rodapies y muchas bellezas,  cuando las terminaba, procedía a rifarlas o  venderlas, con ese dinero, nos alimentaba y compraba materiales para  continuar sus trabajos. 



He realizado un sinnúmero  trabajos  tejidos en crochet,  y  los regalo, a veces en Solca, otras en el bus, o donde haya alguien a quien  le gusten se los obsequio,  cuando he obsequiado algún tejido a cualquier familiar, y  por casualidad, voy de visita, si veo mi trabajo rodando por el piso o arrumado,  lo recojo, lavo y lo regalo a quien  lo aprecie, he visto mis trabajos en manos de muchas personas que los estiman y  me ha llenado de regocijo.




Mi abuelito



- 1962. Mi padre compraba juguetes, los cuales  tenían doble finalidad, entretener y hacer ejercicio ejemplo: el bembé, la ula ula, tuvimos el mejor abuelito del mundo Don Segundo, era alto, gordo, inteligente,  nos  premiaba cuando aprendíamos nuevas habilidades, tales como  andar en patines.







 Nos hicimos expertas  en patinaje, mi hermana y yo, en el parque, nadie nos ganaba, corriamos velozmente alrededor del parque Calixto Romero, desafiando las leyes de la gravedad. 






Solo fueron un par de patines, pero nos turnabamos, luego  aprendí a silbar, chiflear y por todas y cada una de esas habilidades mi abuelito me recompensaba. 



Aprendí a escribir en  máquina, sin ver el teclado y con todos los dedos, me hice experta, con mis hermanos varones competíamos, sólo me ganaban por un segundo, ellos eran mayores  a mi. Adquirí ésta destreza, practicando muchas horas.





Llegó el tiempo de aprender la telegrafía, profesión que habian ejercido la mayoría de la familia paterna, empezando por mi abuelito, y sus hijos, eran profesionales de renombre, a los 10 años yo  era profesional, ayudaba a mi padre, y esto dio motivos para no culminar la primaria, juntos trabajamos en la oficina de mi papá. 






Cuando empecé de ayudante de mi padre,  abandoné todo lo relacionado con la infancia, como tener amigas, salir a pasear, y esto me ocasionó que el Morse, se incruste en mi ser, como la máquina de la niña solitaria.

Puedo afirmar por experiencia personal, que la telegrafía fue la antesala de los mensajes telefónicos y el twitter.



NEGRO GATO

- 1963. Cuando fui a la escuela en 5to grado, se aprendía todo  de memoria, letra por letra, era prohibido cambiar las palabras, aunque el significado fuera el mismo, por lo cual me volví memorista, alcanzando las mejores  calificaciones, pero  para la vida diaria, eso no sirve, por cuanto la memoria es muy frágil y con el tiempo  lo memorizado queda en el olvido,  el mejor aprendizaje consiste en analizar, resolver problemas, los cuales sirven hasta para el convivir diario.


- 1964. En nuestra casa, desde que tengo uso de razón, hubo bicicletas, cuando  aprendí a manejarla, me sentía libre como el viento, tuve algunas  caídas, de las cuales quedan las cicatrices,  al recordar hasta ahora  siento la satisfacción.












Siempre tuvimos gatos, la mayoría negros, se llamaban, Bembenuto, Martin, negrito, negrita. Yo les nombraba Martín, porque era devota de San Martin de Porres, patrón de los animales y creía  el los cuidaba mejor que yo .   Hasta  aprendí una canción de Roberto Carlos, NEGRO GATO, muy hermosa.  


        

EL TELEGRAFISTA,  POR SU PROFESIÓN VIAJABA DE UNA CIUDAD A OTRA.
-1968. Cada cambio de un sitio a otro  por trabajo, era una nueva aventura,  me acostumbré a vivir en varios pueblos y no echar raíces en ninguno, no pertenezco a ningún lugar, inclusive donde yo nací fue por casualidad, después de 3 meses de mi nacimiento,  salimos de ahí, cuando me preguntan: De dónde eres?,  no tengo una respuesta, ahora digo,  soy de todas partes del mundo.




NOMBRE RARO
Desde que tengo uso de razón empezó mi  calvario, el nombre raro, cuando conocía a alguien, me intimidaba decir mi nombre, y opté por cambiarlo una y otra vez desde: Maria, Rosita, Violeta, Silvia y muchos mas que he olvidado.  

-1970 A mi primer esposo, le dije que me llamaba Sissy,  hasta la actualidad  somos buenos amigos y el continua llamandome Sissy. Cuando tuve mi primera hija, juré nunca  iba a ponerles nombres estrambóticos, como los míos, para evitar  los maltratos psicológicos, en los cuales viví inmersa desde la escuela hasta la universidad.
Estas cédulas las encontré en Internet, no tienen nada que ver conmigo, solo  llamó mi atención sus  nombres peculiares.

                             


Viendo la gran cantidad de nombres extravagantes en el mundo, me doy cuenta, no haber tenido un nombre  tan raro, era yo quien  con mi actitud, lo ridiculizaba, y me avergonzaba.

LECHE KLIM                                              

Los apodos en la escuela eran Sisyn leche klim, en ese tiempo la leche klim, era enviada por los CARITAS de USA a latinoamérica y estaba de moda, y mi peculiar nombre coincidió con esa usanza.

Después de los 40  acepté mi nombre raro,  he  llegado amarle y respetarle,  mi SINGULAR nombre tiene la característica única de ser inclonable.

 En mi lápida, podría decir:
AQUÍ YACE KNOILY, TELEGRAFISTA DE NOMBRE RARO, PREFERÍA LIBROS VIEJOS A VESTIDOS NUEVOS.
podría ir tallado, un libro cualquiera, menos  religioso.






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