domingo, 29 de mayo de 2016

Una lección

Hace una semana, me llamaron para decirme que mi gata Millón, estaba muy enferma, y enseguida la fui a ver para darme cuenta que era que tenía, me dió una gran sorpresa, la otrora gatita Millonaria, de nombre y de millones de pelo, era solo un esqueleto, que miraba con unos ojos donde la tristeza campeaba en todo su cuerpecito desvalida y sin siquiera poder pararse, la lleve a la veterinaria, y la doctora me dijo que ya la habia atendido y que necesitaba unos examenes y cosas asi como cuando los medicos dicen bla bla bla, yo le dije que la atienda y que si al otro día no respondía, yo le aplicaría la eutanasia, le pusieron dos sueros y como que quiso reaccionar, alzo la cabeza, con sus patitas
me agarro como diciendome hola, por fin has regresado, dos días estuvo asi como queriendo levantarse pero nada se podía hacer, porque no queria comer absolutamente.
 Ayer la puse en el balcón en una cama de arena y parecía que estaba a gusto, pero igual seguía sin probar bocado, por la noche la fui a ver y como que queria irse, pero no podía caminar, a las 3 de la mañana me levante para observarla y cual es mi sorpresa, que no la ví por ningun lado,, yo pense que talvez se habria escondido debajo de la cama o del mueble, pero nada de nada, se marcho sin dejar rastro alguno, como lo hizo, no lo se, donde estará tampoco lo se.
Despues me puse a analizar todo este acontecimiento, y llegué a la conclusión de que Millón, se quería morir, ella ya no luchaba por su vida, y la lección que aprendí es que cuando tu seas un mueble viejo, debes irte así silenciosamente sin aspavientos para que todo siga igual, solo tu te habras marchado.
Como dije anteriormente la felicidad son solo momentos, momentos gratos que atesoramos en nuestras vida y que son pasajeros, porque la felicidad es momentánea.

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