miércoles, 23 de junio de 2021

POR UNA HAMACA


  Guayaquil 21 de junio 2021.

 

El domingo 20 de Junio, día del Padre aquí en mi país, fui invitada por mi vástaga Alemania, a pasar un día de relax, con su novio e hijo, a lo cual, (El Diccionario académico lo recoge solo como masculino, como por ejemplo «La nueva directora es un vástago del empresario». Aunque morfológicamente no sería imposible «la vástaga», tampoco el uso avala esta variante y por tanto sigue siendo preferible «el vástago» para ambos sexos) inmediatamente dije que sí.

                       

El viaje en el auto fue excelente, la comida en el local EMELEC, incomparable, al llegar al sitio me sentí muy contenta, fresca, ver algo nuevo, el paisaje y salimos un momento del auto, porque aún no estaba abierto. Coloque mi smart phone en un bolsillo, y de repente éste salió disparado, cayendo sobre su pantalla, golpeo en el piso, el cual estaba lleno de piedra chispa, lastimándolo en varias partes.      


                                


 
        

En ese momento, no  pasó por mi mente fuera  mala suerte, así como cuando  pasa un gato negro y algunas personas creen que lo es. Pero al transcurrir las horas, ocurrieron dos cosas desagradables, la primera fue un accidente en esos artefactos  para hacer los deportes extremos, los cuales,  al analizarlos mejor, se notaban  estar en  franco deterioro, por tal razón,  ALI, sufrió el primer percance, recibiendo múltiples laceraciones   en brazos y piernas.






Como Alí ya estaba advertido, pisaba con cuidado presintiendo  podía volver a lastimarse, como  sucedió, antes de volver a pisar la tabla, le dijo al ayudante  sentir  la tabla,  muy fofa, a lo cual el chico le dijo  no la pise,  él  le dio una pisada suave, y la tabla se deshizo en pedazos. Más adelante, debido al sinnúmero de laceraciones yo le dije  no siga adelante, porque se notaba  muy adolorido.

                    




El segundo tropiezo, me ocurrió a mí. Como estaba cansada de haber seguido el tramo del deporte extremo,  dije al encargado nos diera un par de hamacas, por cuanto, Alemania así lo había solicitado  y pensé era  correcto pedirla.


        







Y así lo hice, el encargado me dijo  espere un momento  ya le van a traer, lo cual efectivamente lo hicieron en pocos minutos, pero oh sorpresa, solo traía una  hamaca por lo cual le dije, somos dos personas y cada una necesitamos una hamaca, el volvió a decir,  espere voy  a preguntar para traer, esperamos, 5, 10, 15, 30 1 hora y no venían, por lo que pensé se habían olvidado, pero el dueño del lugar pasó por ahí e inmediatamente que vió a Miguel Angel,  descansando en una banca, le increpó: TIENES QUE SALIR DE AHÍ PORQUE ESE SITIO ES PARA OTRAS PERSONAS (en ese momento no había nadie ahí), entonces yo al escuchar eso le dije que no habían traído la otra hamaca y por eso le dije al chico  se acueste ahí,  el hombre molesto dijo: la opción era solo una hamaca, me molestó mucho su actitud su forma, talvez no debí haberme enojado, pero no pude contenerme, y le dije: 1.- No discuta con un cliente, usted es el que va a perder más que yo. 2.- Porque saca un niño que está acostado en una banca donde no hay nadie. No recuerdo que más le dije, pero me sentí apenada, conmigo misma, por haberme dejado  molestar por su forma de expresión, debí haberme acostado en la tierra, y sentido el contacto de la madre naturaleza, y no haberme puesto a discutir con él, pero ya estaba hecho.








 


 Guayaquil 20 junio 2021

QUE HICE BIEN HOY? Pues ir a disfrutar con Alemania, Ali y Miguel Ángel, de una mañana hermosa, respirar aire puro, mirar el paisaje, en todo su esplendor. Al ingresar al establecimiento, una suave brisa me cubrió y me sentí atraída por unos pocos Lotos que estaban en una pequeña laguna, observé  la flor de loto en una agua no muy limpia, pero resurgiendo de ahí.




Mirando como hacían sus deportes extremos, tomando fotos y grabando videos, lo cual les quedará impregnado en el recuerdo inolvidable del camino de la vida.

QUE NO HICE BIEN? Cuando ya terminaron de realizar sus deportes, yo estaba cansada, y como en el paquete venía con la entrada derecho a una hamaca, entonces nos fuimos con Miguelito hacer uso de la hamaca,  la cual solo había una, pero dijeron que iban a darnos otra, como estaba cansada de esperar y no llegaba, un Señor que había sido el dueño, pasó por ahí y le llamó la atención a Miguelito, y le dijo  no te acuestes en los asientos porque son para otras personas, lo cual me exasperó a mi porque nosotros habíamos pagado la entrada con derecho a una hamaca.

Cuando nos retiramos pedí saber el nombre del dueño y había sido el mismo Señor que había llamado la atención a Miguelito, apellido Tomalá, solo le dije,  soy jubilada y mis amigas no podrían venir nunca al sitio, porque a pesar de haber lindo paisaje, no hay  hamacas para descansar, el hizo ademán de decirme algo, pero  le dije no diga nada, gracias y adiós.

  QUE DEBÍ HACER? Debí haberme sentado en el suelo, tranquilamente, disfrutado del contacto con la madre tierra, hasta  pasar el mal rato, las lágrimas rodaron por mis mejillas, me sentí humillada, pero después me recriminé, por cuanto el Señor Tomalá es el dueño, el puede hacer con sus propiedades lo que tenga a bien, excepto maltratar a los clientes. Yo le dije a este Señor, no discuta con los clientes, ud pierde mas en la discusión, pero yo no sabía él era el propietario. 


Cual es la experiencia aprendida con esta situación:

1.- No ir a lugares donde las personas jóvenes y saludables practican deportes extremos.

2.- No pedir comodidad, donde la gente solo va a hacer ejercicios fuertes.

3.- La próxima vez, disfrutaré el contacto con el terreno, y  me ahorraré disgustos.


viernes, 11 de junio de 2021

UN RESBALÓN SI ES CAIDA

 Gye, viernes 11 de junio 2021.

Ayer, anduve por ahí, mirando sin mirar, diría mi querida madre, cuando de repente por poco me caigo, pude controlar la resbalada y no llegué al suelo, un señor me estaba observando al otro lado de la calle, y yo solo hice un gesto como diciendo, "eso pasa".


                    



            


Llegué a la conclusión  debo andar con cuidado, a fin de evitar estos accidentes cotidianos, pero previsibles, y aunque se ande con cautela, siempre puede haber un tropezón, el cual me está avisando de un resbalón, que puede llegar a una caída inminente.