Guayaquil 21 de junio 2021.
El domingo 20 de Junio, día del Padre aquí
en mi país, fui invitada por mi vástaga Alemania, a pasar un día de relax, con
su novio e hijo, a lo cual, (El Diccionario
académico lo recoge solo como masculino, como por ejemplo «La nueva
directora es un vástago del empresario». Aunque
morfológicamente no sería imposible «la vástaga», tampoco el uso avala esta
variante y por tanto sigue siendo preferible «el vástago» para
ambos sexos) inmediatamente dije que sí.
El viaje en el auto fue excelente, la
comida en el local EMELEC, incomparable, al llegar al sitio me sentí muy
contenta, fresca, ver algo nuevo, el paisaje y salimos un momento del auto,
porque aún no estaba abierto. Coloque mi smart phone en un bolsillo, y
de repente éste salió disparado, cayendo sobre su pantalla, golpeo en el piso, el cual estaba lleno de piedra chispa, lastimándolo
en varias partes.
En ese momento, no pasó por mi mente fuera mala suerte,
así como cuando pasa un gato negro y
algunas personas creen que lo es. Pero al transcurrir las horas,
ocurrieron dos cosas desagradables, la primera fue un accidente en esos
artefactos para hacer los deportes extremos,
los cuales, al analizarlos mejor, se
notaban estar en franco deterioro, por tal razón, ALI, sufrió el primer percance, recibiendo
múltiples laceraciones en brazos y
piernas.
Como Alí ya estaba advertido, pisaba con
cuidado presintiendo podía volver a
lastimarse, como sucedió, antes de volver a pisar la tabla, le dijo
al ayudante sentir la tabla, muy
fofa, a lo cual el chico le dijo no la
pise, él le dio una pisada suave, y la tabla se deshizo
en pedazos. Más adelante, debido al sinnúmero de laceraciones yo le dije no siga adelante, porque se notaba muy adolorido.
El segundo tropiezo, me ocurrió a mí. Como
estaba cansada de haber seguido el tramo del deporte extremo, dije al
encargado nos diera un par de hamacas, por cuanto, Alemania así lo había solicitado y pensé era correcto pedirla.
Y así lo hice, el encargado me dijo espere un momento ya le van a traer, lo cual efectivamente lo hicieron en pocos
minutos, pero oh sorpresa, solo traía una
hamaca por lo cual le dije, somos dos personas y cada una necesitamos
una hamaca, el volvió a decir, espere voy a preguntar para traer,
esperamos, 5, 10, 15, 30 1 hora y no venían, por lo que pensé se habían
olvidado, pero el dueño del lugar pasó por ahí e inmediatamente que vió a
Miguel Angel, descansando en una banca,
le increpó: TIENES QUE SALIR DE AHÍ PORQUE ESE SITIO ES PARA OTRAS
PERSONAS (en ese momento no había nadie ahí), entonces yo al escuchar eso le
dije que no habían traído la otra hamaca y por eso le dije al chico se acueste ahí, el hombre molesto dijo: la opción era solo una
hamaca, me molestó mucho su actitud su forma, talvez no debí haberme enojado,
pero no pude contenerme, y le dije: 1.- No discuta con un cliente, usted es el que
va a perder más que yo. 2.- Porque saca un niño que está acostado en una banca
donde no hay nadie. No recuerdo que más le dije, pero me sentí apenada, conmigo misma, por haberme dejado molestar por su forma de expresión, debí haberme acostado en la tierra, y sentido el contacto de la
madre naturaleza, y no haberme puesto a discutir con él, pero ya estaba hecho.
Guayaquil 20 junio 2021
QUE HICE BIEN HOY? Pues ir a disfrutar con Alemania, Ali y Miguel Ángel, de una mañana hermosa, respirar aire puro, mirar el paisaje, en todo su esplendor. Al ingresar al establecimiento, una suave brisa me cubrió y me sentí atraída por unos pocos Lotos que estaban en una pequeña laguna, observé la flor de loto en una agua no muy limpia, pero resurgiendo de ahí.
Mirando como hacían sus deportes extremos, tomando fotos y grabando videos, lo cual les quedará impregnado en el recuerdo inolvidable del camino de la vida.
QUE NO HICE BIEN? Cuando ya terminaron de realizar sus deportes, yo estaba cansada, y como en el paquete venía con la entrada derecho a una hamaca, entonces nos fuimos con Miguelito hacer uso de la hamaca, la cual solo había una, pero dijeron que iban a darnos otra, como estaba cansada de esperar y no llegaba, un Señor que había sido el dueño, pasó por ahí y le llamó la atención a Miguelito, y le dijo no te acuestes en los asientos porque son para otras personas, lo cual me exasperó a mi porque nosotros habíamos pagado la entrada con derecho a una hamaca.
Cuando nos retiramos pedí saber el nombre del dueño y había sido el mismo Señor que había llamado la atención a Miguelito, apellido Tomalá, solo le dije, soy jubilada y mis amigas no podrían venir nunca al sitio, porque a pesar de haber lindo paisaje, no hay hamacas para descansar, el hizo ademán de decirme algo, pero le dije no diga nada, gracias y adiós.
QUE DEBÍ HACER? Debí haberme sentado en el suelo, tranquilamente, disfrutado del contacto con la madre tierra, hasta pasar el mal rato, las lágrimas rodaron por mis mejillas, me sentí humillada, pero después me recriminé, por cuanto el Señor Tomalá es el dueño, el puede hacer con sus propiedades lo que tenga a bien, excepto maltratar a los clientes. Yo le dije a este Señor, no discuta con los clientes, ud pierde mas en la discusión, pero yo no sabía él era el propietario.
Cual es la experiencia aprendida con esta situación:
1.- No ir a lugares donde las personas jóvenes y saludables practican deportes extremos.
2.- No pedir comodidad, donde la gente solo va a hacer ejercicios fuertes.
3.- La próxima vez, disfrutaré el contacto con el terreno, y me ahorraré disgustos.