04-febrero 2020
Estoy muy feliz, agradezco mucho a la vida, por haberme hecho acreedora de tanta dicha, bienestar, en estos últimos tiempos, me he reencontrado con personas, las mismas formaron parte de mi vida, dándome satisfacción, haber platicado con ellas, recordando tiempos pasados, muchos buenos, otros no tanto, pero pienso que recordar es volver a vivir.
Hay cosas que no me gustan de mi querido amigo Gilbert Becaud, el un hombre guapo, de porte distinguido, siempre me dice: que su novia fulana, la mas hermosa, que su amiga mengana de pelo rubio y lacio que las mujeres lo perseguían, y el tenía miedo, era de dejarlas embarazadas, por tal motivo, solo compartía con ellas sin llegar a tener relaciones sexuales.
He escuchado pacientemente su retórica, pero llega un momento, que ya me hastía, tanta alabanza a otras mujeres de su vida, no se dá cuenta, cuan fea me sentía oyendo esas cosas.
Por lo que he tomado la decisión de en el próximo encuentro, decirle ya pare de andar diciendo eso de sus antiguas novias.
Yo una mujer que solo buscaba amor, comprensión y ternura, siempre me sentía muy orgullosa de pasear junto a él, ahora me doy cuenta, él como todos los guapos, solo se quieren a sí mismos, y tal vez a las dos únicas mujeres que el ama de verdad, son sus dos hijas.
Lo bueno de todo es, ahora por fin entendí, si yo misma no me amo, nadie podrá amarme, ahora entiendo, no puedo tener lo que nunca tuve, en la actualidad amo estar en soledad, nunca me he sentido tan sola como cuando estoy en alguna reunión, donde observo a la gente, elegante, maquillada, contenta, esa es la peor de las soledades, ahora disfruto mi propia compañía, es la única, que me acepta tal como soy, si yo no me quería como esperaba que otros me quisieran.